Hace unos días me sumé a la convocatoria que hizo la empresa Pepe Travel para realizar un recorrido imaginario por Madrid, los 10 finalistas (sólo 10 wao!) fuimos elegido para pisar algunos de los puntos de la ciudad que sugerimos. Este sábado estaremos paseando con ellos, antes quisiera compartir el intinerario que me ha hecho (así me siento ya) ganadora...aquí va...
Recorrido con aires gastronómicos para concurso de Pepe Travel by Helen López
@circulosdefuego
El punto de encuentro será Viena La Crem en la Calle Brígida 6. Allí comenzamos con un ligero desayuno a base de una degustación de panes que este obrador tiene a bien ofrecer a todo el que le apetezca escudriñar en los secretos de la panadería de antaño. Luego comenzaremos a caminar hasta la Calle Mejía Lejerica1 buscando tesoros y nada mejor que ir a buscar el oro líquido de España en la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero. Se trata de una tienda que es la vitrina de la fundación que promueve el consumo de aceite de oliva, allí disfrutaremos de una breve cata no sin antes caer rendidos ante algunas de las ciento de variedades de zumos de oliva de toda España. Posteriormente nos dirigiremos a Poncelet, en la Calle Argensola 27 un mundo soñado para los amantes del queso con sus variedades que abarcan una veintena de países, suelen hacer degustaciones y allí estamos probando quesos de cabra, de oveja, curados, semicurados… junto a los confit de violetas, arándanos y hasta las más osadas de champán que servirán para abrir el apetito. Buena ocasión para llevar a casa una colección de miniaturas para compartir con los amigos. Ya con las papilas lo suficientemente animadas nos iremos a la Calle Génova dónde apostaremos por un surtido de las tapas más famosas del Lizarrán y descubrimos por qué sus croquetas llegan cada día a complacer paladares tan remotos como los chinos. ¿A qué apetece un café? Pues mejor si lo acompañamos de un bombón de diseño y para ese antojo hay un lugar: el Cacao Sampaka en la Calle Oreyana 4.
Con el estómago lleno ya podemos perdernos entre las maravillas de A Punto, una joya de librería especializada en el tema que nos compete. Libros de cocina de todo el mundo nos distraerán un buen rato hasta que la tentación de ver uno de esos guapos ejemplares de colección adornando nuestra despensa o biblioteca nos haga seguir sumando peso a nuestro bolso. Pero el peso es lo de menos cuando estamos en una ciudad como Madrid en la que apetece caminar y eso es lo que hacemos. Justo cuando andamos cruzando la calle Fuencarral callejeamos un poco buscando la calle Valverde y allí en el número 42 está July, una andaluza que estuvo una temporada en Londres de donde se vino enamorada del curry y el cardamomo, en su tienda centrada en especies aprovechamos para enterarnos de diferencias entre pimientas rosa y negra y de quedarnos perplejos con unos capullos que se transforman en hermosas flores en cuanto los bañamos de agua caliente. ¡Pura magia! y lo mejor es el resultado, un té tan delicioso como vistoso. Nos vamos con la nariz y la lengua alborotados, nada mejor que caminar para uno de los encuentros más hermosos, el que se tiene con la Gran Vía. Allí robando protagonismo a los años de historia están las luces de leed del edificio de Telefónica. La complicidad, el consumo o simplemente los destello nos llevan hasta su interior y aunque ya lo hayamos visto, mola reproducir una vez más lo que han llamado la casa del futuro ¿jugar videojuegos en 3D? Pues ¿por qué no? Y ya cuando no quede gadget sin probar nos largamos. Es de noche y empieza el espectáculo de gente que sale de su trabajo y le apetece probar las mieles de la nocturnidad. Sol y su cruce de personajes es un buen punto para hacer una parada y simplemente, contemplar. Si hay suerte podremos hasta ver a Madrid a través de pompas de jabón gigantes…
Hay una última cita y hace rato que los bombones y el café quedaron atrás. ¿Comer de nuevo? ¡Pues si! Y nos vamos al Museo del Pan Gallego en la Plaza Herradores 9. Si bien el olor a las empanadas y los panes recién hechos tientan decidimos mejor cogerlos en una bolsa y llevarlos como si fuésemos de excursión. Así lo hacemos y cuando nos disponemos a contemplar la ciudad desde la otra punta alguien menciona La Casa de las Setas, dos cuadras más y estamos en la Plaza Conde de Miranda 4 y allí nos hacemos con polvo de shitake para un risotto, una bolsa de tomates secos y un surtido que incluye trompeta, níscalos y boletus con su respectiva asesoría sobre cómo cocinarlas, mañana será otro día de homenajes. El mercado de San Miguel tienta pero lo dejamos para otra visita, alguien insiste con las ostras pero hay panes y empanadas esperando por el momento en el que nos acostemos a ver las estrellas. El metro es nuestro destino, el recorrido es largo nos da tiempo de conversar de todo lo que vimos y comimos. Alguno saca de nuevo su libro para verlo, otro prefieren oler sus setas, alguno abre el té que compró en la tienda de especies. Nuestra última parada es Begoña, las nuevas torres de Madrid se convierten en un espectáculo urbano que obliga a subir la vista constantemente. Pero el show de agua y luces nos distrae como niños. Sacamos las empanadas gallegas y nos peleamos por probar todos la única empanada de bacalao y uvas pasas que vino en la bolsa. Hay un parque de niños que tiene una peculiar atracción, una silla circular que gira a varias alturas. Es divertido –cómo no- sobretodo sentir el cielo de la ciudad como un gran lienzo, allá está la luna y ya que estamos a ver… ¿quien ve el conejito?
Para saber más del concurso: http://blogpepetravel.wordpress.com/2010/11/30/recorriendo-madrid-con-pepe-y-los-bloggers-de-viaje/
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